miércoles, septiembre 19, 2007

Bellezas con sustancia

Como espectador ocasional de ese programa que ensalza la tortura psicológica y el insulto llamado Sufremodelo 2007 (y del que ocasionalmente disfruto) no he podido sino sorprenderme ante la expulsión de Raquel. Es cierto que no posee una belleza convencional, que puede ser un poco patosa o que debería pulir ciertos detalles, pero me ha parecido la presencia más fresca y electrizante de todo el concurso, muy por encima de las arpías de casi todas sus compañeras. ¿Y quién ha dicho que una modelo tiene que ser guapa? Una modelo tiene que tener imagen, transmitir, convencer, traspasar, y no necesariamente ser una fotocopia de una fotocopia de mil fotocopias previas.

Como ejemplo de bellezas raras en épocas anteriores podemos citar, sin ir más lejos, a Sissy Spacek en los 70, con esa mirada gatuna, pose indolente y pálida sensualidad blanquecina, capaz de derrochar encanto en cortos como éste:





En los 80, y sin contar con el atractivo poco convencional de Madonna, podríamos incluir a la lolita por excelencia de la década, una sinuosa, tímida y rarita Vanessa Paradis en uno de sus momentos más desconocidos, entonando "Manolo, Manolete" en honor al torero español. Insólita.





En los 90, la década del grunge, las ojeras y el desaliñe general, de la mano de Calvin Klein aterriza Kate Moss, algo bizca, patizamba y escuálida para barrer a taconazos a modelos esculturales y sabrosas varias. Kate lo acapara todo y redefine la belleza.





Visto lo visto, cualquiera podría representar la belleza de esta década o de este año, sin tener 90-60-90, ser rubia, delgada, de pómulos afilados, ojos almendra y pechos de neón.

P.S: Por cierto, ¿al ver el programa no os parece asistir al casting de Juani-Hollywood, o lo que es lo mismo, la segunda parte de "Yo soy la Juani" de Bigas Luna?

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