Ferzan Ozpetek, después de películas redondas como El Hada Ignorante o La Ventana de Enfrente, no ha hecho una película fácil. Con influencias claras de sus películas anteriores y de los melodramas de Almodóvar tanto en tono como en planteamientos, en esta ocasión su narración no fluye continua y perfectamente afinada como otras veces, sino que se rompe abrupta pero premeditadamente. Ya lo dice el título original (muy mal traducido) Saturno Contro. Lo que en un primer momento nos podía recordar a una segunda parte de la Ventana de Enfrente (se repiten nombres de personajes como Lorenzo y una actriz) se convierte de golpe en algo menos complaciente.
Los personajes, sumidos muchos de ellos en crisis de madurez, víctimas del paso del tiempo o de sí mismos, más ajenos los unos de los otros de lo que creían, dejan de ser meras marionetas de un creador inspirado para revelarse más reales, más cercanos y menos arquetípicos de lo que parecía en un principio. Después se va iniciando una catarsis no exenta de ciertos toques cómicos puntuales para finalmente regresar al estilo Ozpetek que todos conocemos: melodías perfectamente escogidas y bien utilizadas, encuadres donde las miradas revelan más que las palabras y momentos de una dulce poesía momentánea. La vida es un artificio al fin y al cabo lleno de cenas, música, alcohol, preguntas, horóscopos, trabajo, infidelidades, esperas, secretos, hijos o muertes; acontecimientos que van definiendo a estos burgueses y haciéndolos reaccionar.
Con todo, Saturno Contro (nombre original de la película) deja una estela agridulce y transmite cierto deje de película de transición en la que el autor parece no atreverse a evolucionar del todo y como tal resulta irregular y algo extraña. Aun así, la recomiendo. El trailer delumbra.
PS: La interpretación de Ambra Angiolini fue premiada merecidamente con el David di Donatello este año.
Los personajes, sumidos muchos de ellos en crisis de madurez, víctimas del paso del tiempo o de sí mismos, más ajenos los unos de los otros de lo que creían, dejan de ser meras marionetas de un creador inspirado para revelarse más reales, más cercanos y menos arquetípicos de lo que parecía en un principio. Después se va iniciando una catarsis no exenta de ciertos toques cómicos puntuales para finalmente regresar al estilo Ozpetek que todos conocemos: melodías perfectamente escogidas y bien utilizadas, encuadres donde las miradas revelan más que las palabras y momentos de una dulce poesía momentánea. La vida es un artificio al fin y al cabo lleno de cenas, música, alcohol, preguntas, horóscopos, trabajo, infidelidades, esperas, secretos, hijos o muertes; acontecimientos que van definiendo a estos burgueses y haciéndolos reaccionar.
Con todo, Saturno Contro (nombre original de la película) deja una estela agridulce y transmite cierto deje de película de transición en la que el autor parece no atreverse a evolucionar del todo y como tal resulta irregular y algo extraña. Aun así, la recomiendo. El trailer delumbra.
PS: La interpretación de Ambra Angiolini fue premiada merecidamente con el David di Donatello este año.
1 comentario:
Bueno, espero verla este jueves. A ver si podemos comentarla de viva voz.
Abrazos,
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