Adicto me he vuelto sin previo aviso a Gossip Girl, una teleserie americana centrada en las vidas de un grupo de teens del muy favorecido Upper East Side de Manhattan. Rebosante de efervescencia pop y urgencia dramática, este inspirado pastiche de Sexo en Nueva York, Dinastía y Sensación de Vivir te sumerge de lleno en una espiral de intrigas grupales, familiares y amorosas que te deja exhausto pero plenamente satisfecho.
La trama gira entorno a Serena, una chica que después de un año en el que ha decidido autoexiliarse por oscuras razones que sólo iremos conociendo poco a poco, regresa a su elitista instituto y por extensión, a su pequeño universo de ropa cara, envidias, rencillas, fiestas extravagantes y amoríos desordenados. Serena se ve sumida al momento en su millonaria pero desestructurada familia, de la que forman parte una alegre madre con 3 divorcios a cuestas y un hermano majete pero psicológicamente inestable.
Su -supuesta- mejor amiga, Blair, la hermosísima pero maquiavélica "queen-bee" por excelencia de todo este tinglado y mi personaje favorito, es ambivalente desde el minuto uno y lo manipula todo a su alrededor para mantener su status por encima de todo. Pero claro, Blair (la actriz lo borda) tiene una madre fría y distante y un padre que ha decidido salir del armario y pirarse con un modelo a vivir la vida loca!! Además está en crisis constante con su novio, Nate, sumido a su vez en agobiantes problemas familiares. El mejor amigo de Nate, Chuck, es otra joya de la corona que se dedica a hacerle la vida imposible a los demás y a pegarse la gran vida hasta que todo ello empieza a pasarle factura.
Poco tiempo después, aparcerán dos personajes clave, Dan y Jenny, dos hermanos que viven en una zona de clase media y se ven obligados a integrarse en ese despiadado mundo de castas adolescentes, aunque no sin pagar un precio. El padre de ambos también representará un papel importante en toda la trama porque, en Gossip Girl, los vericuetos dramáticos alcanzan a todos y no dejan títere con cabeza.
A primera vista podría parecer que esta serie es más de lo mismo, sin embargo, ha asimilado completamente el mundo virtual y la obsesión por la fama y así lo plasma en todos los episodios, que parten de una bloguera del insti que se dedica a publicitar las vidas de las queens de ese submundo, mientras todos los personajes participan enviando fotos comprometidas o comentarios nada discretos de los demás desde el teléfono móvil. Vamos, cotilleo puro y duro...en versión ocho punto cero.
Como buena serie americana que se precie, en algunos momentos se nota un pequeño poso de moralina, pero tan difuso que no aturde. La construcción de personajes es impecable, la música muy actual y bien seleccionada, la ambientación fantástica, y la trama casi siempre adictiva.
Disfrutad de las conversaciones de la pandilla fashion en las escaleras, recordad cómo fue ese fugaz primer amor -y desamor- adolescente, gozad con las fiestas que proponen, reíd con las luchas de poder, sufrid con los desamores... Os aconsejo que la veáis.
Resumen de la temporada pasada y anticipo de la segunda:
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