Una de las cosas que más molestan a los turistas en Coruña es el viento, supongo que parecido al que Almodóvar retrataba en las primeras escenas de Volver. Muy a menudo, aquí sopla una brisilla agradable que a veces se convierte en vendaval algo molesto, pero a los oriundos de aquí nos encanta. De hecho, cuando viajamos a otras latitudes más calmadas lo echamos de menos, las ciudades parecen estar muertas sin esa brisa que tanto despeja.
Lo malo es que a veces el viento cambia de dirección inesperadamente y puede provocar cosas como ésta. Una lluvia de fuego.
Es lo que se dice una sesión de fuegos artificiales interactiva, una mascletá envolvente.
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