El guión de La Vida de los Otros está trazado con precisión digital y con cuidada sensibilidad al mismo tiempo, resultando dicha combinación un fogonazo que consigue universalizar la anécdota contada.
La historia, situada en el cercano año 1984, nos relata el seguimiento que un alto cargo de la policía secreta alemana le hace a un escritor bastante afín al régimen. El oficial espiará al escritor y a su pareja (una actriz muy importante) obsesivamente, fiel al decálogo del régimen comunista en el que cree firmemente, hasta que poco a poco descubre la corrupción existente en el partido y a su pesar comprende el comportamiento del escritor, finalmente más subversivo de lo sospechado.
La película va ganando en intensidad con el discurrir de los minutos, ya que sin despegarse de lo plausible, adquiere cada vez una mayor intensidad dramática. Al tiempo que la recreación de ambientes es poderosa y la fidelidad histórica muy notable, el trazado de los personajes no deja fisuras. Habrán de enfrentarse a situaciones donde tendrán que hacer elecciones difíciles, donde ninguna alternativa resulta acertada plenamente. Situaciones límite, psicológicamente hablando.
Me resulta sorprendente que, tan próximos aún a la caída del muro, se haga una película como ésta, donde se superan maniqueísmos, se plasman con transparencia hechos históricos difíciles de aceptar, se reflexiona con hondura. Quizá Alemania esté preparada para recuperar la memoria histórica sin que nadie se escandalice.
En España se ha hablado a menudo de recuperar la memoria histórica referida a los hechos acaecidos antes, durante y después de la guerra civil. Me pregunto por qué esa recuperación a veces se considera tendenciosa, como también me pregunto por qué no existe una película española que trate de la guerra civil o de la transición con este nivel de respeto, de cercanía, de universalidad.
Ciertamente, El Laberinto del Fauno me pareció interesante, pero me parece que sólo afronta los hechos desde el realismo mágico. Y aquí la guerra no acabó ayer precisamente…
La historia, situada en el cercano año 1984, nos relata el seguimiento que un alto cargo de la policía secreta alemana le hace a un escritor bastante afín al régimen. El oficial espiará al escritor y a su pareja (una actriz muy importante) obsesivamente, fiel al decálogo del régimen comunista en el que cree firmemente, hasta que poco a poco descubre la corrupción existente en el partido y a su pesar comprende el comportamiento del escritor, finalmente más subversivo de lo sospechado.
La película va ganando en intensidad con el discurrir de los minutos, ya que sin despegarse de lo plausible, adquiere cada vez una mayor intensidad dramática. Al tiempo que la recreación de ambientes es poderosa y la fidelidad histórica muy notable, el trazado de los personajes no deja fisuras. Habrán de enfrentarse a situaciones donde tendrán que hacer elecciones difíciles, donde ninguna alternativa resulta acertada plenamente. Situaciones límite, psicológicamente hablando.
Me resulta sorprendente que, tan próximos aún a la caída del muro, se haga una película como ésta, donde se superan maniqueísmos, se plasman con transparencia hechos históricos difíciles de aceptar, se reflexiona con hondura. Quizá Alemania esté preparada para recuperar la memoria histórica sin que nadie se escandalice.
En España se ha hablado a menudo de recuperar la memoria histórica referida a los hechos acaecidos antes, durante y después de la guerra civil. Me pregunto por qué esa recuperación a veces se considera tendenciosa, como también me pregunto por qué no existe una película española que trate de la guerra civil o de la transición con este nivel de respeto, de cercanía, de universalidad.
Ciertamente, El Laberinto del Fauno me pareció interesante, pero me parece que sólo afronta los hechos desde el realismo mágico. Y aquí la guerra no acabó ayer precisamente…
1 comentario:
sólo hay que escuchar la polémica sobre la recuperación de la memoria histórica para darse cuenta que aquí hay todavía muchas heridas abiertas (y lo que es más penoso, que hay mucho joven descerebrado que no tiene ni idea de lo que es la transición, la falange o la DGS)
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