jueves, agosto 09, 2007

Camino bajo el sol, pero es invierno en mi corazón...


Nos han dejado las Mujeres Desesperadas anoche, después de una tercera temporada verdaderamente eléctrica y serpenteante. De nuevo hemos disfrutado de un humor retorcido, un guión pasado de vueltas -para bien- y actrices en estado de gracia, y todo ello a pesar de la larga ausencia de Brie (Marcia Cross) durante siete episodios.

No sé por qué, pero me he vuelto a enganchar a esta serie que tras una insufrible segunda temporada ha recobrado la frescura totalmente. El episodio final, con bodas, secretos, y demás artilugios, no resultó apabullante pero sí acongojante. Quedan incógnitas por despejar para la próxima temporada, especialmente la evolución de Lynette (la que menos me gusta pero a la que más premian) y la situación de Eddie, esa quinta mujer desesperada y en estos momentos superada.

De esta temporada me quedo sobre todo con el romántico y escacharrante ir y venir de Susan y Mike y con la lenguaraz actitud de una cada vez más descarada y resuelta Gabrielle Solís. Afortunadamente, y a pesar del relativo descenso de popularidad de la serie en los USA, tenemos garantizada una temporada más con opción a otras tres más... Mmmmmhhhh...

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