domingo, septiembre 30, 2007

Vergüenza


Ultimamente se ha planteado la necesidad de aprobar una ley de bienestar animal. Si en un principio esto puede sonar exagerado, después de ver el documental Earthlings, de Shaun Monson, parece más que necesario.

Earthlings muestra horrores que la gente prefiere ignorar. A todos nos resulta más fácil no plantearnos qué ocurre detrás de las puertas de las granjas industriales, en parte para poder seguir comiendo carne. Este documental, con imágenes muy duras pero reales, muestra el grado de degradación y maltrato que sufren los animales en ciertos lugares y en años recientes.

No se detiene ahí este documental de denuncia, pues investiga también la situación de los refugios para animales, las granjas de visones, los circos o los laboratorios, mostrando imágenes reales espeluznantes rodadas con cámara oculta en todos estos ámbitos.

La narración en inglés la realiza Joaquin Phoenix, vegano convencido desde hace muchos años, y la banda sonora la ha compuesto Moby, otro vegetariano de renombre. En resumen, un film de obligada aunque difícil visión, cuyo proceso de rodaje y montaje fue laborioso y complicado, que ha recibido varios premios, y que muestra que la especie humana es bastante hostil y capaz de una crueldad despreciable. La polémica está servida.

viernes, septiembre 28, 2007

Pelea de gatas


El final de Sexo en Nueva York dejó un vacío en los corazones de todos los que nos habíamos hecho adictos a estas historias de amor, desamor, sexo, amistad, aventuras, zapatos, spas, café lattes, fiestas, brunches y terrazas de Nueva York. Iconos de una nueva manera de ser cosmopolitas las chicas mostraban sus contradiccones - las nuestras - a través de un humor agridulce muy bien calibrado.


Como toda producción de HBO todos los detalles estaban extremadamente cuidados, destacando por encima de todo las interpretaciones y los magníficos guiones que originariamente habían salido de la pluma de Darren Star, creador de las míticas aunque devaluadas Sensación de Vivir o Melrose Place. Y ahora, en 2007, tres años después de quedarnos huérfanos de girlie show, dos nuevas series se van a disputar el trono abandonado por Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte.
Una de ellas parte de una idea original de Darren Star y desde su propio título nos sugiere que la cosa va de rollo fashion un poco exclusivo: The Cashmere Mafia. Localizada en Nueva York, seguirá las vidas de cuatro altas ejecutivas que tratan de compaginar sus exigentes agendas con sugerentes romances de altura ofreciendo por lo tanto altas dosis de "amor y lujo". No suena demasiado original, pero el reparto irá encabezado por la fantástica Lucy Liu, así que habrá que darle una oportunidad.

Por otra parte, Brooke Shields se ha aliado con la que fue escritora de "Sex and the city", Candace Bushnell, para preparar su propia serie de chicas neoyorkinas: Lipstick Jungle. Esta vez las chicas son tres mujeres situadas en la lista de las hembras más poderosas de la ciudad: Wendy Healy - una ejecutiva de la industria cinematográfica con dificultades en su matrimonio, Nico O’Neilly - la glamurosa directora de una revista de moda, política y corazón, y Victory Ford - una diseñadora de moda soltera.

Sorprende la íntima relación que ambas series mantienen con Sexo en Nueva York, justo cuando la película basada en la serie original, que contará con su elenco original al completo, está rodándose ahora mismo. ¿Apostamos por Lucy, por Brooke o más bien por la Sarah Jessica y compañía en la pantalla grande?



True romance/Xerox machine

Dos noticias musicales relacionadas con ahijados musicales de Depeche Mode.

Por un lado, la salida al mercado del segundo disco de los californiamos She wants revenge. El nombre del disco, This is forever, y la fecha de edición, el 9 de octubre. Lo cierto es que los dos singles presentados hasta el día de hoy, True romance y Written in blood, no sugieren ningún cambio estilístico con respecto a su primer disco. Confirman una vez más, una inspiración más que evidente en grupos como los mencionados Depeche Mode, Joy Division y, en general, en el technopop de los 80.

Otros teloneros de Depeche Mode, al igual que She wants revenge, vuelven a estar actualidad. El dúo femenino Client, que surgió en el 2003 como apuesta del sello discográfico de Andy Fletcher, han vuelto con nuevo disco bajo el brazo y como una nueva incorporación al grupo: Client E. Esta nueva componente, Emily Mann, no es una completa desconocida, sino que se dio a conocer al gran público participando en el reality británico Make Me a Supermodel.

El disco se llama Heartland, y como adelanto del mismo podéis ver el video del single Xerox machine. Se advierte una evolución musical, hacia un sonido más acústico, donde las guitarras tienen mayor peso. No obstante, su imagen no parece haber evolucionado mucho, y mantienen su adoración hacia los uniformes de azafata, el cuero y el tacón de aguja.

miércoles, septiembre 26, 2007

El sexo me ha hecho estúpido

Quienes ayer escuchaban Disco Grande, ya sabrán que queda muy poco para que el dúo formado por Dee Plume y Sue Denim, las Robots in disguise, saquen nuevo disco. El programa de ayer se abría con la presentación del primer single, que da título al nuevo album: "The Sex Has Made Me Stupid". El disco saldrá al mercado el próximo 15 de octubre. No he encontrado más información que la que aparece en el Myspace de estas riot grrrls.

Y también reproduciendo la información que nos daba Julio Ruiz, una de las componentes de Robots in disguise estuvo el sábado pasado pinchando en un local de Argüelles especializado en Britpop, llamado Supersonic, y al que volverá con una frecuencia de 3 meses. Habrá que estar atentos para no perdernos la próxima ocasión.

Y un dato curioso, que acabo de leer en Lastfm.com: al parecer, los nombres de las componentes de RID no son reales, sino derivaciones de las palabras “nom de plume” (Dee Plume) y “pseudonym” (Sue Denim), que significan seudónimo en francés y en inglés, respectivamente. Puñeteras que son ellas.

Dejo dos enlaces para los que quieran ampliar información: el video de mi canción favorita de su anterior album (esa que suena en el Puti de vez en cuando...), y el post que escribimos en su día, sobre Get RID!.

sábado, septiembre 22, 2007

Electro-punkarra clique!!!

Trallazos punkarras de Digitalism y Prototypes. Fieles al origen paneuropeo del electro, Digitalism es un dúo compuesto por los germanos Jens Moelle and İsmail Tüfekçi. Reconocen influencias de Daft Punk y Cassius, pero las llevan un paso más allá. Pogo convence con el apoyo de un clip memorable.




Los Prototypes son franceses y se incluyen dentro del indi-rock retocado. Varias canciones suyas suenan en los garitos más alternativos, y nos hacen perder el control. Desde Francia, Stéphane Bodin, Isabelle Le Doussal (la vocaliste), y Francois Marche nos machacan el cerebro.



Esta canción es mi favorita (empatada con Danse sur la merde) y fue elegida para un anuncio de BMW en Europa. Su último single, Who can sing, se oye de fondo en el anuncio del I-Pod Shuffle.

miércoles, septiembre 19, 2007

Bellezas con sustancia

Como espectador ocasional de ese programa que ensalza la tortura psicológica y el insulto llamado Sufremodelo 2007 (y del que ocasionalmente disfruto) no he podido sino sorprenderme ante la expulsión de Raquel. Es cierto que no posee una belleza convencional, que puede ser un poco patosa o que debería pulir ciertos detalles, pero me ha parecido la presencia más fresca y electrizante de todo el concurso, muy por encima de las arpías de casi todas sus compañeras. ¿Y quién ha dicho que una modelo tiene que ser guapa? Una modelo tiene que tener imagen, transmitir, convencer, traspasar, y no necesariamente ser una fotocopia de una fotocopia de mil fotocopias previas.

Como ejemplo de bellezas raras en épocas anteriores podemos citar, sin ir más lejos, a Sissy Spacek en los 70, con esa mirada gatuna, pose indolente y pálida sensualidad blanquecina, capaz de derrochar encanto en cortos como éste:





En los 80, y sin contar con el atractivo poco convencional de Madonna, podríamos incluir a la lolita por excelencia de la década, una sinuosa, tímida y rarita Vanessa Paradis en uno de sus momentos más desconocidos, entonando "Manolo, Manolete" en honor al torero español. Insólita.





En los 90, la década del grunge, las ojeras y el desaliñe general, de la mano de Calvin Klein aterriza Kate Moss, algo bizca, patizamba y escuálida para barrer a taconazos a modelos esculturales y sabrosas varias. Kate lo acapara todo y redefine la belleza.





Visto lo visto, cualquiera podría representar la belleza de esta década o de este año, sin tener 90-60-90, ser rubia, delgada, de pómulos afilados, ojos almendra y pechos de neón.

P.S: Por cierto, ¿al ver el programa no os parece asistir al casting de Juani-Hollywood, o lo que es lo mismo, la segunda parte de "Yo soy la Juani" de Bigas Luna?

viernes, septiembre 14, 2007

Feed me, Sarah!!

Hay películas que están más allá de los adjetivos porque simplemente nos dejan mudos, con el cerebro seco y el corazón encogido. Requiem for a dream es una de ellas.

Darren Aranofsky retrata a la perfección el descenso a los infiernos de cuatro personajes hastiados de su mundo suburbano. Sarah (Ellen Burstyn), ama de casa enferma de soledad y atacada de recuerdos, se deja arrastrar por su adicción a la televisión y comienza a perderse poco a poco en un mundo de ensoñaciones de estrellato mientras ingiere cantidades industriales de anfetaminas para adelgazar y pierde el rumbo encerrada en su casa.

Su hijo Harry (Jared Leto), traficante aficionado, decide pasarse al otro lado y dejarse llevar por las sustancias que vende al tiempo que envicia a su novia para evadirse de su propia vacuidad. Insistente en su decisión, termina por llevar su adicción demasiado lejos. Su novia, Marion (Jennifer Connelly) vende su inocencia por continuar con su adicción.



Una espiral de imágenes muy trabajadas va alternando una historia con otra hasta que poco a poco nos adentramos en una especie de teatro del guiñol mezclado con realismo sucio que desencadena una crisis irreversible. La banda sonora, magistral, de Clint Mansell y The Kronos Quartet, apostilla cada guiño, resalta cada imagen, añade narratividad y agrega mil matices. El montaje es auténticamente magistral, así como el tratamiento de la imagen y la dirección artística.

Cuando asistes al espectáculo que supone la autodestrucción de estos personajes sólo puedes alabar que una buena historia pueda seguir contándose sin recurrir a lugares comunes, que consiga arrastrarte de tal modo que te abrume. T-R-E-M-E-N-D-A.

martes, septiembre 11, 2007

This is an asnar, not an answer

Miss Teen USA superada por la situación.
Miss Teen USA, overwhelmed by the question.

miércoles, septiembre 05, 2007

Queen of Cool

Beth Ditto, cantante de The Gossip, domina la escena, fascina a los medios desbancando a Kate Moss, devuelve el dance-punk a la actualidad, vomita poderío, saca pecho, posa desnuda y oronda, reivindica su lesbianismo, va de gira con Le Tigre, Rufus Wainright o Cyndi Lauper y baila como una posesa mientras revoluciona a las masas.

The Gossip, grupo formado en Arkansas desde el movimiento rrriot girl, ha ido evolucionando a través de tres álbumes (That's not what I heard, Movement y Standing in the way of control) hacia un sonido más bailable, cercano quizá a Frank Ferdinand pero con más mala leche. Con una líder así cualquier cosa puede pasar de ahora en adelante.




Aquí, la chica, desparramante.

sábado, septiembre 01, 2007

Perras pop

Hace pocos días escuché algo en las noticias que me dejó patty-diphuso. Una perrilla (ojo, va sin segundas) norteamericana llamada Trouble había heredado 12 millones de su dueña, una señora al parecer bastante insoportable que respondía al nombre de Leona Helmsley y no respondía al apodo de "Queen of Mean" que podríamos traducir por algo así como la reina de la maldad o "Cruella de Vil" que es como más gráfico. Leona decidió dar el último rugido con estilo y desheredó a dos de sus nietos en favor de Trouble- aunque no a otros dos, ni a otros miembros de la familia - y esto ha causado mucho "trouble". Seguro que Leona escogió ya el nombre de la perrilla con calculada ironía postmortem.

Este gesto algo excéntrico podrá quizá sorprender e incluso escandalizar a algunos, pero después de todo Leona debía sentirse algo sola y poco escuchada para dejar semejante legado a un animalillo que probablemente le fuera muy fiel en sus afectos, por no decir incondicional, la acompañase en todo momento y no le pusiera apodos chungos. Y todo esto entronca con un libro del que quiero hablar hace mucho tiempo, un libro vintage (pero vigente) muy curioso que la noticia me ha hecho releer para mi regocijo.

La autora, Jacqueline Susann, es mi favorita de todos los tiempos, y éste fue su primer libro publicado, allá por los primeros 60. Jacqueline había tenido un sueño desde niña, ser una estrella, y lo intentó todo -actriz, presentadora, modelo- sin éxito. Decidida a ir a por todas a pesar de su fracaso, se casó con un afamado productor de la época -Irving Mansfield- que vio en ella un potencial indefinido pero infinito. La pareja jamás se separaría, pero las adversidades continuarían. Su hijo, Guy, era autista profundo y con necesidad de internamiento, lo cual destrozó a Jacqueline, y al poco tiempo a ella le descubrieron un cáncer en el pecho que hubo que extirpar.



Cuando todo estaba en su contra y los médicos le daban poco tiempo de vida, todavía anónima, enferma y un poco amargada, hizo un pacto con dios, diciéndole que ya que le quedaba poco tiempo de vida y que por el momento se había portado fatal con ella, le debía dos cosas: una, concederle unos años más, y otra, hacerla famosa. Y se lo pidió en una colina del Central Park, en un gesto muy Susann.

Para conseguirlo Irving le sugirió que escribiera, y de repente, Jackie lo vio claro, se compró una Olivetti Rosa Fucsia y empezó a escribir recurriendo a su vida cotidiana de un modo moderadamente escapista, marcadamente frívolo, y rematadamente pop en una novelita que se convirtió en la favorita de muchas estrellas de Hollywood y también de gente más de a pie, vease yo. Jackie relató con eficiente desparpajo cómo se había convertido en una amante de los perros a través de la adquisición de una perrita de aguas a la que bautizó Josephine, aunando el costumbrismo y el pop con una Nueva York en plena transformación de fondo.

Pendiente siempre del detalle, nos cuenta cómo fue la elección de la perra (o más bien de cómo la perra la había elegido a ella), sus idas y venidas al veterinario, cómo logró superar la oposición inicial del marido con un premeditado ataque de histeria, los gustos sibaritas y hollywoodienses de la perra (que llevaba prendida de una correa rosa de cuero y nunca se acostaba antes de las 4 de la mañana), sus enfermedades y los remedios imposibles que le mandaban aplicar, el empeño de la perra por hacer sus "cositas" encima del New York Times incluso en el exterior, las antidietas de la perra, etc... Contado así parece un tostonazo, pero poneos a leer el libro y ya me contaréis. Se nota el pijerío a la legua, ese pijerío revenío, detallista e inteligente que resulta inimitable y arrollador.


Sé que puede resultar extraño que recomiende un libro aparentemente tan anacrónico, pero es que el talento no entiende de décadas. Hay una reedición muy reciente y ya agotada en Penguin, por lo tanto en inglés, y podéis encontrar versiones en español en ediciones sesenteras y setenteras de Grijalbo, pero siempre en librerías de segunda mano o por internet. Yo optaría por la edición de 2004 inglesa de la que adjunto portada al inicio. Jackie es intraducible en algunos giros, como todo autor destacado que se precie pero más.

Jacqueline era lo más. Creedme.