sábado, enero 06, 2007

Noche de reyes

La noche pasada, los reyes no fueron los padres (por mucho que digan Astrud) sino, definitivamente, los Pet Shop Boys. ¡Qué grandes son! Vaya recital que dieron ayer en el Palacio de los Deportes. Es una impresión totalmente subjetiva, pues era la primera vez que los veía en concierto, y no puedo comparar con anteriores actuaciones, aunque creo que no me equivoco. Realmente, la primera vez que los vi fue el el año pasado en la Granja de San Ildefonso, con su espectáculo del Acorazado Potemkin, que aun estando genial, poco tenía que ver con uno de sus conciertos.

Imagino que a estas alturas ya todo el mundo sabe de qué estoy hablando. Del motivo por el cual adelanté mi vuelta a Madrid, para asistir la noche de reyes al Ceed's Winter Festival. Ese festival fantasma, del que me enteré leyendo blogs (creo que el de Xabi) y del que, incluso con las entradas en la mano, me producía desconfianza. Porque un festival con un cartel tan rotundo, que no tuviera página web, ni se publicitara en otros medios, me hacía dudar. Se empezó a anunciar en televisión después de año nuevo y sí, tenía página web, a la que era necesario llegar a través de la web de KIA. En fin, que mi miedo, más que no hubiera festival, era que se descolgaran del cartel alguno de los dos grupos a los que iba a ver y, sobre todo, que se cayeran los PSB.

Los primeros artistas en aparecer fueron Pastora. No puedo decir mucho de ellos, pues tan sólo conocía una de sus canciones, la archiconocida 'Lola'. Sentía curiosidad por las proyecciones, de las que había leído que formaban parte esencial de su show, aunque no me parecieron nada reseñable. Lo que realmente mantuvo mi atención sobre el escenario, fue la hiperactiva cantante: se quitó los tacones para correr sin moverse, nos enseñó las bragas y el liguero, tuvo que mantener a raya sus tetas, que parecían querer salirse de su camiseta... En fin, que hicieron un show entretenido.

Las siguientes en aparecer fueron las Nancys Rubias. Mario y compañía saben llevar bien un tacón, y no necesitan quitárelos para dar saltos. Y nada más que decir, a pesar de que el público se enfervorizó cuando cantaron (en riguroso play-back) el 'Sálvame'. Lo bueno es que dieron paso a Fangoria. A los que tenía muchas ganas de ver, porque tenía la espinita clavada de no haber conseguido las invitaciones para el concierto en la sala Arena. Tengo la sensación de que hicieron un show muy parecido al que relató eurocero en su día, en el concierto que dieron en Santiago. Abrieron de nuevo el concierto con 'Fantasmas', y lo cerraron con un ya conocido doble bis, donde fusionan 'El cementerio de mis sueños' con el 'Rey del glam'. Tampoco faltó 'Descongélate', del disco Fan Fatal de Alaska y Dinarama, y nos ofrecerieron una sesión triple de bacalao, que anunciaron ellos mismos, donde incluyeron el 'Estés donde estés' de su último disco y los hits anteriores 'No sé qué me das' y 'Retorciendo palabras'. Imposible quedarse sentado, a pesar de que habíamos reservado asiento.

Y lo que vino a continuación lo mejor sin duda. Un concierto de más de una hora, cuando sólo esperaba 45 minutos. Los PSB hicieron una revisión bastante completa de sus hits, donde no faltaron los conocidísimos ‘West End Girls’, ‘Domino Dancing’ o 'Always on my mind'. Y me quedé sin voz cantando cada una de las canciones (o al menos el estribillo, que mi inglés no es tan bueno), de las que sólo desconocía el 'Shopping'. De su último disco trajeron lo mejor, cuatro canciones entre las que no incluyeron el 'I'm with stupid', aunque sí mi favorita del disco: 'The Sodom and Gomorrah show'. Y para finalizar, cual orgasmo final, otro doble bis con 'It's a sin' y 'Go West'. La puesta en escena me pareció fantástica, compuesta de bailarines con indumentarias diferentes para cada canción, voces de apoyo y un flexible decorado construido con cajas translúcidas y neones. No faltó movimiento en el escenario en ningún momento, salvo cuando se quedó solo Cris cantando el 'Paninaro'. Y nos demostraron lo inmersos que están en la cultura gay, haciéndose acompañar de vaqueros vestidos con lamé dorado, como si de Madonna se trataran.

Debo haberme portado bien el año pasado, porque la noche de reyes me llevé un buen regalo a casa.

2 comentarios:

pop-derío dijo...

Me alegro de que te haya gustado. Ésas son las ventajas de la gran urbe... Hoy me siento un poco menos cosmopolita.
PD: Estoy de un humor de perros por culpa de mi rodilla. Esto anticipa post malrrollista y polémico. En plan Mila Ximénez, con la sangre envenená.
Lo bien que me vendría a mí un concierto...

Anónimo dijo...

Estupenda tu crítica.
Me ha encantado.
¡¡Y qué bien lo pasamos!!
¡Ayyy, dios, cuánto me gustan!