Llevo una temporada sin ir al cine por muy diversos motivos, pero mi alma cinéfaga sigue activa gracias a los DVD que compro compulsivamente para satisfacer mi apetito insaciable de ficción desmesurada. Sin saber muy bien por qué, últimamente me da por lo retro (que no por lo clásico, que aborrezco muy a mi pesar) de forma preocupante. Mi gran aliada en esta tarea allende los mares, Amazon, me trae a mal traer y mi cuenta bancaria disminuye peligrosamente mientras yo tecleo alegremente en el portátil y me hago con las pelis más “over the top” que existen en los USA.
Ayer llegó hasta mí una joya del camp más arrebatado y extremo que te puedas echar a la cara: la edición especial, y definitiva, de “El Valle de las Muñecas”, título sugerente donde los haya y a la vez críptico como pocos. Esta edición sólo se ha editado en los USA debido a que allí la película goza de mayor popularidad que aquí y porque los americanos son los príncipes del consumismo (los reyes son los japoneses, nosotros somos meros comparsas, utilizando el símil real seríamos como la sobrina no reconocida de una infanta, ocupados como estamos todos en invertir en el ladrillo y embrutecernos en lo demás), y como tales exigen que un DVD sobresalga y rebose de extras de lo más sustancioso. Viva el consumismo japoamericano!!!
“Valley of the Dolls” merece esta edición, realmente sobresaliente, cuidada hasta la obsesión, minuciosa y desarmantemente pop. Pero retrotraigámonos, retrotraigámonos. Valley está basada en un libro del mismo título editado en los años 60 y que marcó el comienzo de muchas cosas: los best sellers mundiales, la popularización de las pastillas para dormir, la inclusión de escenas de sexo donde se le llamaba a cada cosa por su nombre, la obsesión por el éxito mediático a toda costa y sus peligros, y la mención normalizada del mundo gay como algo presente en la sociedad. Como tal, Valley rompió moldes, y su autora, una ex-actriz de segunda amante de la frivolidad, se convirtió en una polémica referencia de los años 60 a la altura de Andy Warhol o Los Beatles. Se llamaba Jacqueline Susann.
Esta novela es la número uno en cifras de venta de la historia (sin contar novela infantil), con 30 millones de ejemplares vendidos certificados a día de hoy, a pesar de las despiadadas críticas que recibió en su momento. El “establishment” literario de la época, las universidades incluidas, la veían como a una intrusa inculta y le dieron la espalda desde siempre y para siempre, acusándola de vulgar, torpe y petarda. Algunos dijeron de ella que no escribía, sino que solamente “mecanografiaba”; Truman Capote la llamó “camionero vestida de drag-queen” y luego pidió disculpas a los camioneros, y mientras tanto ella vendía y vendía y vendía y era la envidia de todos esos envidiosos críticos, valga la redundancia, que la trataban con desdén o rechazo frontal. Afortunadamente, Jacqueline tenía mucho carácter, y no se dejó comer el terreno, contestando a todo y a todos con su lenguaraz verborrea de señora peligrosa.
Otro día contaré más cosas de esta mujer, cuya biografía y obra me han fascinado en este último año, con auténticas joyas por redescubrir como “Yargo” o “Every night, Josephine”, pero hoy no me quiero extender mucho más para no convertir mi post en algo interminable y farragoso. Sólo diré que tuvo una vida apasionante, llena de éxitos rotundos y fracasos criminales, mezclada con problemas de salud que siempre ocultó y con un hijo autista que nunca asumió del todo, y que todo ello provocó ese torbellino de emociones, de historias tiernas y al tiempo retorcidas, imposibles pero cercanas, camp y tradicionales a un tiempo. Puro delirio pop.
Valley of the Dolls relata la vida de tres jóvenes mujeres que se marchan a Hollywood a probar suerte en el mundo del espectáculo y se dejan absorber por esa máquina incontrolada que en lugar de fabricar sueños genera pesadillas. Las tres tratarán de evadirse de maneras distintas, pero siempre cayendo en adicciones bastante severas. Aunque la historia, contada en 2007, parece previsible (por las miles de imitaciones que se han hecho de este libro) en 1967 no lo era, y además la manera de filmar plenamente kistch, las interpretaciones casi siempre excesivas, los diálogos a menudo demasiado emocionales, crean una atmósfera entre divertida y atormentada que le imprime un carácter único a la película. Hay que fijarse en las extravagantes trajes, los peinados siempre llenos de laca, las expresiones descontroladas, y la cuidada dirección de arte. Veremos a las estrellas ilusionadas, felices, desquiciadas, agresivas, exhaustas y arrepentidas. Asistiremos a la mezcla constante de estudios de grabación con piscinas cristalinas, paseos de palmeras, playas desiertas y psiquiátricos a lo Tennessee Williams. Como para volverse loca...
Jacqueline se erigió en un pilar esencial de la cultura de masas y reveló secretos de estrellas como Ethel Merman o Marilyn Monroe a través de sus trasuntos ficcionales, y finalmente consiguió lo que siempre había deseado: un éxito apabullante entre el público. Su figura ha sido injustamente relegada a mera anécdota, excepto por parte de un sector muy concreto del mundo intelectual americano que la define como concepto cultural más que como autora. Su imagen, vestida de Pucci, creó escuela y se mantiene fresca a pesar de todo.
Muchos consideran que ésta es la peor película de la historia, y si embargo a mí, por todo lo que significa, me parece importantísima. Además, esta edición rebosa de apetitosos extras, como una revisión de un documental del 67 donde se plasmaba la gira de presentación mundial de la película, que se hizo en un crucero imponente desde Grecia hasta California pasando entre otros lugares por las ¡Islas Canarias!; tres canciones de la película en un karaoke muy original; dos reportajes completísimos sobre la vida de Susann y su relevancia en la época (con un montón de imágenes de archivo dificilísimas de encontrar; entrevistas con Michael Musto, el cronista gay por excelencia de Nueva York; testimonios de las actrices supervivientes…recordemos que Sharon Tate sería asesinada por miembros de la secta de Mason poco después de esta película) y muchas cosas más. Apasionada y excesiva, altamente recomendable y claramente adictiva. Como un buen polvo. Aquí os dejo el inicio del libro:
Ayer llegó hasta mí una joya del camp más arrebatado y extremo que te puedas echar a la cara: la edición especial, y definitiva, de “El Valle de las Muñecas”, título sugerente donde los haya y a la vez críptico como pocos. Esta edición sólo se ha editado en los USA debido a que allí la película goza de mayor popularidad que aquí y porque los americanos son los príncipes del consumismo (los reyes son los japoneses, nosotros somos meros comparsas, utilizando el símil real seríamos como la sobrina no reconocida de una infanta, ocupados como estamos todos en invertir en el ladrillo y embrutecernos en lo demás), y como tales exigen que un DVD sobresalga y rebose de extras de lo más sustancioso. Viva el consumismo japoamericano!!!
“Valley of the Dolls” merece esta edición, realmente sobresaliente, cuidada hasta la obsesión, minuciosa y desarmantemente pop. Pero retrotraigámonos, retrotraigámonos. Valley está basada en un libro del mismo título editado en los años 60 y que marcó el comienzo de muchas cosas: los best sellers mundiales, la popularización de las pastillas para dormir, la inclusión de escenas de sexo donde se le llamaba a cada cosa por su nombre, la obsesión por el éxito mediático a toda costa y sus peligros, y la mención normalizada del mundo gay como algo presente en la sociedad. Como tal, Valley rompió moldes, y su autora, una ex-actriz de segunda amante de la frivolidad, se convirtió en una polémica referencia de los años 60 a la altura de Andy Warhol o Los Beatles. Se llamaba Jacqueline Susann.
Esta novela es la número uno en cifras de venta de la historia (sin contar novela infantil), con 30 millones de ejemplares vendidos certificados a día de hoy, a pesar de las despiadadas críticas que recibió en su momento. El “establishment” literario de la época, las universidades incluidas, la veían como a una intrusa inculta y le dieron la espalda desde siempre y para siempre, acusándola de vulgar, torpe y petarda. Algunos dijeron de ella que no escribía, sino que solamente “mecanografiaba”; Truman Capote la llamó “camionero vestida de drag-queen” y luego pidió disculpas a los camioneros, y mientras tanto ella vendía y vendía y vendía y era la envidia de todos esos envidiosos críticos, valga la redundancia, que la trataban con desdén o rechazo frontal. Afortunadamente, Jacqueline tenía mucho carácter, y no se dejó comer el terreno, contestando a todo y a todos con su lenguaraz verborrea de señora peligrosa.
Otro día contaré más cosas de esta mujer, cuya biografía y obra me han fascinado en este último año, con auténticas joyas por redescubrir como “Yargo” o “Every night, Josephine”, pero hoy no me quiero extender mucho más para no convertir mi post en algo interminable y farragoso. Sólo diré que tuvo una vida apasionante, llena de éxitos rotundos y fracasos criminales, mezclada con problemas de salud que siempre ocultó y con un hijo autista que nunca asumió del todo, y que todo ello provocó ese torbellino de emociones, de historias tiernas y al tiempo retorcidas, imposibles pero cercanas, camp y tradicionales a un tiempo. Puro delirio pop.
Valley of the Dolls relata la vida de tres jóvenes mujeres que se marchan a Hollywood a probar suerte en el mundo del espectáculo y se dejan absorber por esa máquina incontrolada que en lugar de fabricar sueños genera pesadillas. Las tres tratarán de evadirse de maneras distintas, pero siempre cayendo en adicciones bastante severas. Aunque la historia, contada en 2007, parece previsible (por las miles de imitaciones que se han hecho de este libro) en 1967 no lo era, y además la manera de filmar plenamente kistch, las interpretaciones casi siempre excesivas, los diálogos a menudo demasiado emocionales, crean una atmósfera entre divertida y atormentada que le imprime un carácter único a la película. Hay que fijarse en las extravagantes trajes, los peinados siempre llenos de laca, las expresiones descontroladas, y la cuidada dirección de arte. Veremos a las estrellas ilusionadas, felices, desquiciadas, agresivas, exhaustas y arrepentidas. Asistiremos a la mezcla constante de estudios de grabación con piscinas cristalinas, paseos de palmeras, playas desiertas y psiquiátricos a lo Tennessee Williams. Como para volverse loca...
Jacqueline se erigió en un pilar esencial de la cultura de masas y reveló secretos de estrellas como Ethel Merman o Marilyn Monroe a través de sus trasuntos ficcionales, y finalmente consiguió lo que siempre había deseado: un éxito apabullante entre el público. Su figura ha sido injustamente relegada a mera anécdota, excepto por parte de un sector muy concreto del mundo intelectual americano que la define como concepto cultural más que como autora. Su imagen, vestida de Pucci, creó escuela y se mantiene fresca a pesar de todo.
Muchos consideran que ésta es la peor película de la historia, y si embargo a mí, por todo lo que significa, me parece importantísima. Además, esta edición rebosa de apetitosos extras, como una revisión de un documental del 67 donde se plasmaba la gira de presentación mundial de la película, que se hizo en un crucero imponente desde Grecia hasta California pasando entre otros lugares por las ¡Islas Canarias!; tres canciones de la película en un karaoke muy original; dos reportajes completísimos sobre la vida de Susann y su relevancia en la época (con un montón de imágenes de archivo dificilísimas de encontrar; entrevistas con Michael Musto, el cronista gay por excelencia de Nueva York; testimonios de las actrices supervivientes…recordemos que Sharon Tate sería asesinada por miembros de la secta de Mason poco después de esta película) y muchas cosas más. Apasionada y excesiva, altamente recomendable y claramente adictiva. Como un buen polvo. Aquí os dejo el inicio del libro:
"You've got to climb to the top of Mount Everest
to reach the Valley of the dolls.
It's a brutal climb to reach that peak,
which so few have seen.
You stand there, waiting for
the rush of exhilaration
you thought you'd feel - but
it doesn't come."
5 comentarios:
Ahora ya sabes lo que toca. Aranca DVDShrink, rippea la película, comprímela en DivX;-) y ponnos aquí el enlace.
¿O es que lo tenemos que hacer todo nosotros???
Plan B): ¿en tu casa o en la mía?
Soy un auténtico desastre de la informática, no sé de qué me hablas, y aunque no lo fuese disimularía porque el plan B me parece interesante.
Sólo hay un pequeño problema. Estoy a 600 kilómteros de Madrid. Bueno, si tiene DVD en el parador de León, podemos quedar allí, que está como a medio camino...
Pues.... vale, es un buen sitio el parador de León ;)
Mítica peli que no he tenido el gusto de ver. Le seguiremos la pista. Esto se estrenaría aquí cortadísimo o con los diálogos bien cambiados, ¿no?
El libro estuvo prohibido, creo, o al menos no se editó hasta los 70. De la peli no sabría decirte.
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