jueves, febrero 01, 2007

Genio y figura


Me persigue. Primero se coló en mi vida a regañadientes con aquellos estilismos imposibles que combinaban lo más “edgy” de películas como Fama con lo más “underground” e irreverente que se movía por las aceras de Nueva York. Pionera, descarada, dominante, ambición rubia teñida, poderosa, “control freak”. Guarrilla. Moviéndose en un submundo de pintores suicidas (Jean Michel Basquiat) y disc jockeys amateurs, supo extraer la esencia del momento y subir como la espuma.

Siempre me ha gustado Madonna, aunque nunca he sido mitómano ni fan fatal, sin embargo hay momentos en los que, quizá porque me pilla desprevenido, brilla de golpe en mi cotidianeidad para hacerme sentir efervescente con su música. Me ocurrió hace unos meses cuando me subí a un taxi de un argentino imprudente que estaba flipado con la versión de Like a Prayer en directo que se incluye en el DVD de la gira anterior. Esa versión sonaba auténticamente celestial, y me hizo recobrar la fe momentáneamente. Si por una mala jugada del destino (es un decir, el argentino iba follado) hubiésemos tenido un accidente probablemente habría ido al purgatorio y no al infierno que es donde me corresponde porque con la cancioncilla entré como en un éxtasis en el que me arrepentí de todo lo malo que había hecho hasta entonces varias veces.

A los tres o cuatro meses, la noche de Fin de Año, mientras todos se colaban en mi baño para acicalarse y yo jugaba con las pepitas de las 12 uvas preguntándome si no haberlas ingerido me restaría suerte (y efectivamente, me la ha restado este año, no lo hagáis jamás, además tienen mucha fibra) puse Canal Plus sin querer. Allí la encontré, dando un auténtico recital de profesionalidad en el escenario, de buen hacer, con una escenografía impactante, una pose de absoluta seguridad, una mirada desafiante y un físico de vértigo. Era el concierto no censurado en Londres de su gira Confessions. De la emoción que transmitía, y repito, no soy fan fatal, empecé a comerme las pepitas sin darme cuenta. ¿Cómo será sentirte así encima de un escenario? ¿A qué huele ese éxito? No he visto nunca algo así on stage, ni siquiera ella en giras anteriores.

Aunque, en realidad, ¿de qué me sorprendo? Ella ha hecho que la palabra “icono” o al menos su variante inglesa “icon” se volviese a poner de actualidad, y por primera vez para designar algo animado. Hasta entonces sólo las imágenes fijas o los objetos inanimados se consideraban como tal, y sólo después de la irrupción del arte Pop empezaron a adscribir esa etiqueta iconográfica a objetos cotidianos como la botella de Coca Cola o el logotipo de Nike. Quizá James Dean o Marilyn se consideraran mitos, pero no iconos.

Madonna se lo merece, ya que más allá de polémicas continuas, tintes más o menos favorecedoras, maridos impresentables, películas pochentas, grammies no ganados, extravagancias varias, portadas por doquier y mutaciones camaleónicas, ella sigue vigente. Conservar vigencia en un mundo como el de hoy en día durante tanto tiempo resulta verdaderamente excepcional, más aún cuando te decantas por absorber las últimas tendencias y hacerlas comercialmente tuyas sin dejar de ser un poco pendón y petardilla. Detrás de ese éxito constante, sin duda, hay una mujer que ha sabido renovarse, que quiere desafiar el paso del tiempo, que a los casi 50 años sigue siendo carne de discoteca, que lo hace como nadie.

Recomiendo su reciente CD + DVD de su gira Confessions. Esto sí que es "Body Language" y no el de otras... Me pregunto si Madonna es lo que podríamos dar en llamar la "folclórica global".

3 comentarios:

Enebro dijo...

Madonna es Dios.
Si obviamos sus películas, claro. Pero eso pasa con casi todas las cantantes. Si nos hubiéramos tomado en serio Glitter o Crossroads, nadie seguiría hablando de Mariah Carey ni de Britney Spears.

Unknown dijo...

Yo nunca he sido un gran fan de Madonna. Tiene canciones muy buenas, pero no soy de los que se escuchan su discografía y vibran con cada canción. Eso sí, nadie puede negarle que tiene un gran carisma y que ha pasado por cambios constantes tanto en su música como en su estilo... y eso sabe transmitirlo muy bien.

Aunque no nos engañemos, Madonna cuenta con un amplio equipo de asesores estilísticos, compositores, músicos, bailarines... etc, que han hecho de ella lo que es hoy día... ¿Personalidad propia o producto de Marketing?

Xabi dijo...

Estoy con Enebro. Yo soy (supongo que por edad) fan de Madonna desde que lanzó su primer álbum, que en España apenas tuvo repercusión y se reeditó tras el éxito del segundo, Like a Virgin. Y eso que me pilló en pleno boom del Techno-pop y ese resurgir de la musica disco-pop me desconcertó un poco.
Conozco a muchos fans de Madonna... y lo gracioso es que a cada uno le ha ido enganchando una de sus sucesivas reencarnaciones (a unos el lado sado de Erótica, a otros el místico de Ray of Light y a otros el pseudo-country de Music), pero no conozco a ninguno que se haya desenganchado pensando que es una vendida o que se apunta a cualquier moda. Y eso es muy fuerte...